Vestido de frutas

Vestido de frutas

Nunca quise pretender que ninguna persona se volviera loca por mí. Confieso que a veces me gusta leer las miradas, interpretar gestos y si me gustan dejar una sonrisa. Pero repito, nunca quise nada más allá del inocente juego que nace de la seducción. Siempre visto bien, me gusta mucho seleccionar lo que me pongo. Si unos pendientes no me hacen el juego a lo que pienso o siento, se quedan en su cajón o en la vitrina de la tienda. Lo mismo con un bolso o unos zapatos. Pero los vestidos son ya otra cosa.

La primera vez que lo veo en una tienda, un buen vestido tiene que presentarse ante mí como a mí me gusta. Me tiene que decir al oído entre susurros, que está hecho para mí por un modista que tal vez soñara conmigo en una noche de inspiración. No soy egocéntrica, ni narcisista, pero tampoco peco de modesta. La belleza del corte de una tela y la maestría de su unión pieza con pieza, para formar un vestido que a una la sienta como si te hubieran medido en un taller de alta costura, tiene su alabanza.

Y al ponerse ese vestido, el elegido entre todos, el que ha destacado de entre todos los demás, una sale a la calle con el estima muy alto y el rímel de ojos a la altura. Y pasar ante el joven vendedor de frutas que siempre se equivoca a mi favor al pesarme lo que le compro, me desata una nueva sonrisa que seguramente derive en unas cuantas fresas de más, o la más hermosas de todas las manzanas.

Ser feliz, vestirse como una quiere, siempre sorprender es agradable. Y no lo digo por lo que podamos obtener material, si no por las reacciones, el buen trato y ver personas felices mirándome.

Mañana seguiré comprando fruta, quizás lleve mi nuevo collar de flores doradas, seguro que sale el sol….aunque la verdad…. Ya no sé a quién regalar tanta fruta.

Vestido de frutas

¿Qué es el verano?

Diadema
La diadema está disponible en color blanco o rosa por 49 euros. Solo hay dos unidades.

El verano es desproveerse de capas de ropa, de sabanas gruesas y edredones opacos de pluma. Es bajar la guardia, abrir puertas y ventanas, correr cortinas y no preocuparse por las calles oscuras y frías. En el verano es cuando somos más naturales, cuando nos mostramos tal y como somos. Al fin y al cabo no llevamos puestas nuestras corazas invernales. El tiempo se ralentiza y todo transcurre como debe ser, sin prisas, sin horarios, sin compromisos.

En las playas, en las plazas, en los parques o piscinas, en una terraza o en un mirador. Nos mostramos anónimas, en armonía con el paisaje, con el tiempo, con la naturaleza.  Pero no invisibles, ni translucidas, ni tan siquiera la sombra de nosotras mismas.

Es por ello que los complementos deben ser del tiempo. Ni muy fríos, ni muy calientes, simplemente que mimeticen con nuestro cuerpo, al igual que el coral con el agua, o las plumas con el ala de un albatros, o el murmullo de la fuente con su agua y su frescor..

Se podrán atravesar desiertos en países exóticos, o ser parte de una playa de Ibiza, o quizás una montañera que acompaña a un grupo de excursión, pero lo que nunca puede ocurrir es ser una más de cualquier escena. La belleza única de un complemento, hace que la portadora que le seleccione, firme un acuerdo invisible de colaboración. “Tu belleza por la mía”, “Tu delicadez por la mía”, “Mi pelo por tus flores”, “Mis dedos por tus exquisitos detalles”.

¿Qué es el verano? Decíamos al principio.

El verano eres tú, es tú instante, tú momento, tú decisión, tú vida.

[social_essentials]

¡Disfrutarlo!

[scrollGallery id=7 autoScroll=true]

sombreros

Descubrimiento

Fue una mañana de primavera, ella pasaba con su Rolls Royce camino de la embajada británica. Un providencial atasco, propició que el servicio de inteligencia cambiara la ruta hacia su cita. La ruta recomendada era algo arriesgada, zigzaguear entre calles hasta llegar a su destino. No había muchas rutas de escape pero la situación y la importancia de la reunión, precisaba de acciones rápidas y efectivas.

 Y sucedió, fue por un momento, un fugaz instante en la que su mirada se detuvo en un escaparate. Algo la llamó por dentro, una sensación conocida y agradable. Ordenó al chofer que se detuviera y desoyó las advertencias de su guardaespaldas. Ella no sentía temor, no había ningún peligro. Todo lo contrario, una sensación de felicidad acompañada con esa tranquilidad que todos encontramos en nuestras casas. Franqueó la puerta de entrada a la tienda y se perdió en su interior.

Pasó el tiempo mientras los guardaespaldas nerviosos, contestaban las llamadas del embajador. Varias veces intentaron convencerla que debían marcharse, que la requerían en la embajada y que había cosas que debían resolverse. Pero hasta que no estuvo satisfecha, haciendo uso de la razón, esa razón que nos devuelve un reloj en nuestra muñeca, se levantó de su asiento y se despidió con una sonrisa en los labios. Prometió volver, su palabra siempre la ha precedido. Pero antes de subirse al coche, nos guiñó un ojo y nos dio las gracias por cumplir nuestros sueños.

 Ella se marchó y no solamente nos dejó una sensación de felicidad en el Rincón de Mamá. Se dejó algo más. No importa, se lo guardamos como a nuestros clientes, como a nuestros amigos.

sombreros

[social_essentials]

EventoRossini

ShowRoom Rossini

El próximo día 17 y 18 de Mayo, El Rincón de Mamá saldrá de nuevo a la calle. Esta vez disfrutaremos de la magnifica terraza del Rossini Snack Bar. Situada en la calle Añastro número 19, muy cerca de Arturo Soria, celebraremos al aire libre, nuestro particular y especial ShowRoom de moda y complementos.

Si no tienes plan, acércate y conoce las novedades y tendencias de moda que os propone El Rincón de Mamá.

–> Localización de la terraza <–

EventoRossini

 

[social_essentials]