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Dicha y sombreros

La dicha de los sombreros

Nunca es tarde si la dicha es buena, o lo que es lo mismo ¿por qué no te atreves a ponerte un sombrero? Aunque parece una prenda de otra época y digo “parece” nunca ha dejado de usarse por sus beneficios. Beneficios que la más simple argumentación hace imposible de debatir, como por ejemplo su protección al frío, al calor, a la lluvia y al sol. Una prenda que siempre ha acompañado al hombre y la mujer y que en las últimas décadas parece haber sido eliminada de nuestros armarios, nada más lejos de la realidad.

Que la industria industrializada (valga la redundancia) de la moda te dicte unos patrones, unos uniformes con los que ser una abeja de la colmena es una cosa, que tú la hagas caso es otra. La sociedad tiende a simplificar, a dictar guiones y métodos fáciles de seguir, a ayudarte para que no pienses demasiado y que te ocupes de otras cosas. Dudo a qué otras cosas quieren que te ocupes, pero lo que está claro es que no deben elegir por tí tu indumentaria. Y digo que no porque al igual que la personalidad de una persona es inherente a ella, lo mismo lo son la imagen, el cuerpo, las formas y las facciones que tenemos. El ser uno mismo es la clave en la sociedad frente a la colectivización de las opiniones o como en el caso que nos ocupa en la vestimenta.

sombreros Azul Rosa Verde Rojo Amarillos

Los sombreros al margen de los beneficios lógicos argumentados, dotan a la persona de un toque personal que realza su figura. No es empezar la casa por el tejado, sino más bien coronar con una bandera el hogar que es el cuerpo que poseemos. Y si gastas dinero en decorar tu casa con elementos puramente estéticos, es el sombrero ese elemento decorativo pero funcional a la vez.

Decorativo es un decir, pues es meramente estético visto desde fuera, pero en función del tipo de sombrero elegido (Fedora, Panamá, Borsalino, tocado) puede restar cualidades a la persona (si se elige sin tener en cuenta una serie de pautas) o sumarlas (si se atiende a todas las variables)

Si todavía no tienes un sombrero, déjate aconsejar por El Rincón de Mamá, visítanos  y pruébate los distintos modelos de sombreros que tenemos. Tú misma podrás comprobar cómo te realzan y favorecen o como se muestran neutrales según la ropa que lleves puesta. Para cada ocasión hay un sombrero, para cada persona un sombrero y para cada sombrero un detalle. Si quieres salir del estándar de la industria te enseñamos lo que ellos no quieren que te pares a decidir.

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Sombreros y Rosas texturas

Sombreros y Rosas texturas

De nuevo entro cargada en el portal. El portero piensa por unos momentos si se levanta de su asiento o si se hace invisible. Mi cargamento de bolsas con mis compras parece que le hacen plantearse cuál realmente es su papel o cual debería serlo. Da igual; le sonrío y como si tuviera un resorte se levanta para ayudarme. Al quedarme ya sin peso, me responde un “no hay de que” ante mis agradecimientos. Como si fuera un Prestidigitador mezclado con hombre orquesta abre la puerta del ascensor y me permite el paso. A veces no entiendo a las feministas o machistas que critican o rehúyen los actos de educación, respeto y galantería. Quizás en estos tiempos rechinen como comportamientos de otras épocas, pero el respeto entre un hombre y una mujer es mucho más que la igualdad de género o de trabajo.

Como mi sombrero, hay sombreros femeninos, sombreros afeminados, sombreros bastos de mala calidad, sombreros sin modales, sombreros de espanto. Saber elegir un sombrero es importante, no todo va con nuestro rostro y lo que a una mujer puede quedar ideal, a otra puede espantar. La delgada línea que diferencia la elegancia del sin sabor es muy delgada. Obviamente nuestro entorno no es el mejor consejero, salvo que sean sombrereras/ros profesionales o personas especiales que tengan un gusto refinado en este sentido. La mejor consejera es una misma y para facilitar el consejo, el sombrero tiene que ser sombrero y su apellido la calidad. Es cierto que hay sombreros monos por pocos euros, pero al final son eso “monos” y en nuestro haber unos euros menos.

Un sombrero no es un complemento de usar y tirar, un sombrero es una prenda imperecedera que bien puede usarse en distintas etapas de nuestra vida. Un sombrero acentúa o define sutilmente lo que llevemos puesto. Te protege del sol, de la lluvia y atrae las miradas. Me comentan amigas que no tienen valor a verse con uno en su cabeza. Valor no yo las digo, si no visión, sentido y gusto. Esas cualidades que las modas low cost meten en un cajón para que comulgues con sus propuestas.

Te invito a que te pruebes uno, uno que te siente bien de verdad, para que te hagas a la idea de quién eres. Y si pones un pie en la calle y luego otro y poco a poco inicias tú paseo,verás que no pasa nada, sino todo lo contrario…atraerás miradas.

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sombrero rosa

sombreros Fedora

Sombreros Fedora

Sombreros Fedora en El Rincón de Mamá

El sombrero Fedora se inventó a mitad del siglo pasado. Prenda únicamente masculina por entonces, ha ido evolucionando hacia el mundo de la mujer. Desde aquel famoso sombrero utilizado por el personaje de cine Indiana Jones ha llovido bastante, y es que la moda es continua revolución y cambio constante. El Rincón de Mamá ha traído para todas vosotras, una nueva colección de sombreros Fedora, para que podáis ver cúal se puede amoldar a vuestro estilo. Totalmente indeformable, antilluvia y complementamente diferentes para cada persona, para cada momento.

Dispones de Fedoras de ala ancha y de ala corta, igualmente que los modelos de Canotiers que disponemos.

El fieltro utilizado en cada sombrero Fedora es inglés, así como las lanas utilizadas de gran calidad. Prueba de ello son los diversos modelos que  pueden observarse en la corona Inglesa, así como en las calles de ese país.

Nuestro país estuvo a la cabeza mundial junto Italia en la moda de sombreros. Nunca pasó de moda, quizás se ralentizó por las modas más casuales como las gorras de beisbol o los gorros de lana tipo neoyorquino. Pero poco a poco recuperamos estilo, gusto por el vestir, por una prenda que protege tanto del frío como del calor, por un complemento más como lo pueda ser un guante, una corbata, un buen echarpe.

A continuación podéis ver tanto en la galería como en el vídeo adjunto, alguno de estos modelos. Esperamos que te gusten.

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Chistera

Chisteras griegas

Chisteras griegas.

El Egeo, siempre el regreso a ese mar transparente y azul. Donde una vez el mismo Zorba vino a darme la mano para desembarcar de un navío. Recuerdo que era 1950, una época en la que el mundo crecía y la felicidad con él. La compañía naviera de mi padre estrenaba barcos y ruta. Así que esa visita obligada a Éfeso, lugar donde nacieron mis antepasados se me antojaba muy apetecible, o como dicen ahora, me apetecía un montón. Para la ocasión mi vestido elegante y mi chistera. En el puerto sonaban las sirenas, los hombres reían, las mujeres bailaban y mi Zorba particular no me soltaba de la mano. Mi padre sonreía desde el balcón de las autoridades y el su primer barco, Ulises de Aquitania le respondía con todas sus bocinas.

Las calles eran un hervidero de gente, los niños nos seguían, las persianas se abrían y los balcones plagados de flores de todos los colores, se llenaban de personas que aplaudían a nuestro paso. No quiero negar que la presencia no sólo del barco de mi padre, si no el de todas las otras navieras, llenaba de esperanza y de futuro al viejo Éfeso. Que de nuevo tornaba su clásico esplendor y el lugar que le correspondía por derecho en el Mediterráneo.

Y al llegar de nuevo a la plaza, con el cielo cubierto de pétalos, con el pueblo bailando con los buzuki y sus  acordes de la mar y el cielo. Mi padre, mi madre y hermanos, el bueno de Aristóteles y María Callas. Chisteras al aire con fuegos artificiales,vítores y brisa.

Y ahora pasado los años, donde tan distante se ven ya los barcos, abro mi armario y veo allí aquella chistera. Y me la acerco y la huelo y de nuevo suena el Sirtaki, las flores vuelan en mi habitación, el cielo se torna azul y el asfalto en cristalina agua azulada. Mis padres vuelven a reír y empiezo a danzar, a dar vueltas en mi habitación, como aquella vez con mi Zorba, con aquellos niños dando palmas, con el sonido del Ulises, con el Onassis y su Calas, con el emperador del Mediterráneo, con el chapotear de los delfines, con el calor de ese sol tan maravilloso en mi rostro, hasta caer de nuevo exhausta en mí en mi cama, riendo, entre lágrimas, envuelta en felicidad.

Y ahora que todo parece lo mismo, ahora que todo el mundo viste igual y sueña lo mismo, es gratificante saber que la chistera solo es para mujeres y situaciones muy especiales. Por eso si alguna vez en tu vida te sientes aplaudida, con júbilo disfruta ese momento que ojala tu propio Zorba te pueda acompañar.

Chistera 119 €

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Chisteras
Chisteras, Mediterráneo y belleza

 

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El Rincón de Mamá