Anillos_Penelope

La calidad de un anillo

La calidad de un anillo

Anillo blanco, de plata, anillo de mujer. Una joya que en se enmarca en los complementos que podemos llevar todos los días. Con cristales de Swarovski para darle más brillo a un anillo imperecedero.

Cuenta la historia, o mitad la leyenda. Que el joyero en Versalles probó todos los diseños posibles, se inspiró en la naturaleza, en los animales y en las distintas estaciones del año. Agotada ya su inventiva y ante la impaciencia de una reina que quería todos los días algo nuevo, el maestro recurrió a los engarces de diamantes. Optó por cada día desde su taller incrustar un pequeño diamante nuevo en el anillo.

La reina ya no distinguía si el anillo era nuevo o repetido. El maese podría haber repetido el mismo diseño en varias ocasiones y se hubiera ahorrado muchos quebraderos. Pero era un hombre de palabra y si se traicionaba a sí mismo nada tendría sentido. Por lo tanto cada día con cada piedra preciosa, calmaba su culpa y satisfacía a su reina.

Una reina con joyeros atestados de anillos, y que jamás reparó en ninguno de ellos. Hasta que pasados 365 días y agotados todos los diamantes. El joyero la instó a cambiarla el anillo por uno nuevo que asemejaba una hoja de nenúfar con una pequeña esmeralda.

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Sólo su anillo

La reina optó por rechazarlo, ese anillo blanco de plata, se había convertido en un icono. De hecho en varias pinturas nuevas aparecía con él. El maestro quedó excusado de su deber cotidiano y la reina se sumió en sus asuntos.

Aquel anillo, pertenece ahora al tesoro de Francia, pero una copia inspirada en el mismo ha llegado a nuestro Rincón. Procede de Nápoles, de una familia joyera muy antigua. Quién sabe si los antepasados napolitanos, sean descendientes de aquel joyero. Pero lo que está claro que si conocían esta historia.

Verónica Martinez

Vivimos rodeados de reflejos. Seguramente alguna vez en vuestra vida, os habéis visto reflejados en varios espejos a la vez. Habéis visto como vuestra imagen se pierde hasta el infinito, en un pasillo sin fin. Sabéis que solo es nuestra imagen, y que solo hay uno real, vosotros mismos. Lamentablemente en nuestra época actual nos hemos acostumbrado a la normalidad del reflejo, los vemos todos los días y no nos percatamos de ello. Y lo terrible es que aunque nos sintamos diferentes y únicos, basta con pasear por nuestras calles para ver que el 90% de las tiendas vende lo mismo. El resultado es ver muchas personas con la misma ropa, muchas casas con la misma decoración. Y no se trata de emular a la corte de Versalles e ir cambiando todos los días de ropa o de casa. Se trata de buscar la calidad, esa calidad que rompe las copias del espejo.

Me quiereHace unos días, Verónica Martínez visitó El Rincón de Mamá. Una artesana nacional de  primera línea, o lo que es lo mismo para este país, una desconocida para gran parte de la sociedad. Para seguir el camino trazado en El Rincón de Mamá, apostar por los artesanos españoles de calidad,  acordamos con Verónica una visita para conocer a la persona y a la artista que lleva en su interior.

 

 

 

 

leafVerónica ha expuesto en Milán, Londres, Valencia, Madrid, Oslo, trabajó varios años en Inglaterra y al volver de nuevo a España se encontró con un panorama poco atractivo para el artesano. Con cero ayudas y créditos ICO que rozan el calificativo de broma, la vida de un artesano español con nombre ya internacional, no es garantía de nada para un país que adora los reflejos. La artesanía de Verónica, orientada en gran parte al mobiliario nace de una fusión de la naturaleza y su creatividad. Ella misma nos comentó como había soñado con un mueble y al despertarse lo plasmo en un boceto. Hoy ese boceto, junto otros se han materializado en un producto único que despide belleza y magnifica a la propia naturaleza. Una simple piscina, un jardín, un recibidor con una de sus obras, adquiere vida y personalidad. El arte es transmitir sensaciones y Verónica sabe hacerlo. Utiliza materiales de primera calidad elaborados a su vez por buenos artesanos españoles. Así como ejemplo su bello columpio es fundido por la empresa que hace las estatuillas de los premios Goya.

 

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La apuesta por la calidad en el producto es fundamental para realzar su valor. Afortunadamente para Verónica y desgraciadamente para nosotros, su trabajo es muy apreciado en el extranjero y Verónica no dudará mucho más tiempo en volver a abandonar este país, como tantas personas con talento y dejarnos un poco más pobres de alma, belleza y empleo. Personas como Verónica, auténticas embajadoras de España, potencial generadora de empleo si la facilitaran los medios, pasa como un auténtico fantasma ante las personas que nos quieren sacar de la crisis. Por eso cada vez más grupos y lugares como El Rincón de Mamá, son los que tienen que coger el testigo y apostar por lo nuestro y por los nuestros. Porqué es la única forma de generar riqueza y futuro para todos. Comprar en una tienda asiática o un precioso mueble en Ikea es invertir en reflejos y todo sabemos ya que lo verdaderamente importante es la persona a la que copian los espejos. Verónica tiene muchas ideas y proyectos y parece ser que a su país no la importa. A nosotros sí por eso hacemos esta labor de difusión, esta llamada de atención a los cuatro vientos. Verónica conseguirá sus sueños con o sin nosotros, y cuando sea laureada en Estados Unidos, Canadá o Alemania, siempre habrá un huequecito en la Alhambra para esta Granadina para exponer una de sus obras de forma permanente. Cuando esto ocurra habremos madurado como país, mientras tanto sigamos apostando y trabajando por nuestros artistas. Son nuestro presente y futuro, el resto solo es un reflejo.

@by Rubén García Codosero

Verónica Martinez
La diseñadora Verónica Martínez en su visita al rincón de mamá.

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