Matrícula par o impar, la que más te guste.
Desde que la primera matrícula se pusiera en el primer vehículo matriculado en España allá por 1900, ha llovido mucho. Poco a poco los vehículos destinados solamente a ricos comerciantes o personas de nivel altísimo, fueron bajando de precio para llegar a mucho más público. La necesidad de matricularlos era un agravante. No para cobrar impuestos ni multas, eso todavía no existía, sino más bien para identificar a sus propietarios.
La revolución automovilística ha evolucionado para llegar a todos los bolsillos, todos los estilos, todos los gustos, campo, ciudad, deportivo, suv, etc. Y lejos de detenerse sigue evolucionando hacía el vehículo eléctrico, de bajo consumo, sin humos.
Al igual que la industria del automóvil, la industria de la moda ha evolucionado al punto de fusionar nuevas con veteranas formas de crear moda. Mezclar materiales, aleaciones, minerales, vegetales, seda, fibra y como en el caso que nos ocupa hasta biónicos.
Matrícula de honor para la moda.
Por primera vez en la industria de la moda, como aquellos mecánicos que fabricaban sus piezas para automoción, surge el artesano que fabrica y adapta un material no utilizado hasta la fecha en la moda. Se trata del metacrilato y los cargadores de teléfonos móviles. Ambos se unen en torno a una matrícula como un guiño al comienzo de una nueva era. Identificar a su portadora, saber quién realmente puede lucir uno de estos nuevos bolsos. Realizados en la mejor piel, y moldeando el conocido metacrilato de la industria, para tornarse en una pieza única y exclusiva. Diferentes colores, diferentes matrículas, Paris, New York, … ¿Con cuál te identificas? Incluye cargador interno de móvil para que nunca vayas en reserva, siempre llena, como los Rolls Royce ¿Subes?
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