Guantes piel roja

Llamando a las puertas del cielo

Dirección al cielo

Suena Dylan en la radio, su llamada a las puertas del cielo pero todavía queda una última parada en el coche para repostar. El colgante del retrovisor no para de moverse, si el supiera que ya no tiene dueño…hay apuestas que son perdedoras desde la casilla de partida. El coche va chirriando en las curvas, las ruedas desgastadas por el camino a ninguna parte cumplen a duras penas su misión. Pero no me importa, no quiero detenerme después de la próxima parada. Dicen que salir huyendo es de cobardes y pienso que es más cobarde quedarse en una vida que no te pertenece. Complacer a todo el mundo, excepto a nuestro reflejo en el espejo. Aparcar la conciencia y el amor propio en un bar de camioneros sin rostro no es solución a largo ni corto plazo. Yo lo hice demasiado tiempo y el motor de mi coche se estropeó. El polvo y la suciedad enquistaron las ganas de perseguir las estrellas. Por eso tuve que apropiarme del primer vehículo que pasaba. Asaltar a un cowboy despistado mientras compraba tabaco y salir con sus llaves mientras tiras la hipotética recortada (paraguas de hombre plegado) a una papelera.

Cuando uno huye, cuando uno escapa no puede hacer remilgos y esperar a el coche de sus sueños. Tampoco el príncipe azul a lomos de un caballo blanco, que por pedir no quede. Pero si pides mucho la vida se te escapa como un anillo entre los dedos de cera de la indiferencia. Todo llega al final  el día que coges al toro por los cuernos y si no hay toro, pues al pollo, a la gallina o una triste abeja que por allí pase. El caso es coger con fuerza esos cuernos que nos atemorizan y llevarlos con toda nuestra rabia al suelo. Del cabezazo y del shock contra el suelo nos aprovecharemos para salir corriendo con lo puesto, con unos guantes, con un anillo, con un llavero sin llaves… Y asaltar lo primero que veamos, sea cowboy, sea viceministro o una experta en terapias naturales. Al fin y al cabo necesitamos cualquier trampolín que veamos para seguir avanzando, para salir del foso de los leones… Y cuando una vez sales y te alejas, ves que aquellos leones no tenían dientes, que estaban mellados por el sol y la mala sangre. Todo se ve de otra forma cuando escapamos.

Guantes piel roja para llamar a las puertas del cielo

En mi caso con mis guantes de piel roja y mi anillo malva, he llegado a las puertas del cielo, como decía el bueno de Dylan. Llamo, llamo con fuerza a la aldaba de mi destino. No se escucha (ya lo comprobaréis) un ¡Adelante le estábamos esperando! Nadie te estará esperando para darte la bienvenida. Una es lo que es, no necesitas más. Seguridad en una misma y tener la certeza que nunca, recalco NUNCA te vas a fallar. Con ese convencimiento, nunca fruto de un instante, sino de toda una vida te lanzas como he dicho con lo puesto.

Puede que te encuentres vaqueros solitarios, o llaneros enmascarados o un personaje vestido del zorro con una espada para protegerte. Si es así pregunta al solitario si te quiere acompañar, o al enmascarado que contigo no hace falta máscaras, y que al que se disfraza de el zorro y porta una espada, dile entre sonrisas, que tú ya no te disfrazas y que tu espada es tu personalidad y estilo.

Llamando a las puertas del cielo, escribiendo tu destino, luciéndote con la moda y el gusto, siempre siendo tú…deja de una vez, que sea el propio cielo quién llame a tus puertas.

Guantes en piel, varios colores solicita tu color y talla

Anillo circonitas y bronce

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Anillo Circonitas y Bronce vistos desde el cielo

blusa Jaque al rey

Jaque al rey

Siempre se me ha dado bien el juego del ajedrez. Mover figuras para captar la atención y ocultar con ello la verdadera intención. Descabezar al rey o ponerle contra la espada y la pared. A veces sigo practicando en esta celda ya sin tablero, pero con las mismas reglas. Cuando en el comedor solo hay pocos postres, yo siempre tengo el mío, da igual que baje tarde, que me retrase, que allí siempre estará aguardándome ese postre o ese guiño que nos permiten a unas pocas privilegiadas.

La partida parece sencilla, agradar a todo el mundo en lo básico pero ocultar las intenciones, las que verdaderamente nos interesan para conseguir nuestro objetivo. Por desgracia en nuestra sociedad ya no hay lugar para los soñadores. Compartir una idea, una ilusión o un objetivo con otra persona es a la larga ponerte una zancadilla en tu camino. Pocas personas comparten tu camino y pocas se alegran de lo que consigues. Todo el resto se empeñan que no consigamos lo que nos proponemos, disfruten con nuestros traspiés o se regodeen en nuestra desgracia.

Por eso las reglas del juego han cambiado, una se hace astuta y cuando quiere conseguir lo que se propone va moviendo ficha según las reglas de la sociedad, pero salvaguardando nuestro rey y su propósito.

Una blusa de colores blancos y negros es una propuesta para un día a día en el que nos toca salir ahí afuera a conseguir nuestro objetivo. Sentirse bien, sentir que una lleva el control, que aunque unas rejas, un trabajo o una situación personal parezca que nos tiene contra las cuerdas, seguir segura de una misma sabiendo que la situación va a dar la vuelta muy rápidamente, justo donde queremos.

Inviernos que avanzan parcos, esquinas de la ciudad con hojas y mil ojos, que te miran, que te evalúan, que piensan para sus adentros que tú eres suya y estás bajo su control. Nada más lejos de la realidad. ¿Verdad?

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Comprarla

blusa Jaque al rey

Al abrigo de tus rincones

Pocas veces he visto un otoño tan apacible. Las hojas de los árboles caen por la pérdida de paciencia ante un invierno que parece que no llega. En esta estación del año, los helados de almendra confitada, aún plantan cara a un Chocolate caliente. Un otoño rebelde que no hace de juez, y que da protagonismo a dos épocas del año que conviven en una armonía hasta ahora desconocidas.

Quizás por ello un cómodo abrigo de claveles, sea la prenda ideal para unirse a este Otoño anti frío, novio de la primavera. ¿Qué son al fin y al cabo las tardes de un laureado Otoño, si no más bien el retoño de las buenas sensaciones?

Abrigarse de una misma, embadurnarse delicadamente en un suspiro tenue de perfume para cubrirse con la capa del estilo, de este gabán adornado de lunares y claveles rojos…como el de André en su solapa. Apenas hay ya hombres que luzcan un clavel en la solapa, que un rojo prendido de naturaleza afirme su gallardía y porte. Quizás ahora sonrío y entre mis labios se escapa una pequeña risa. Decir en estos tiempos gallardía y porte es como decir a nuestros ancestros, libertad de horarios y sostenibilidad. Nada tiene que ver ya con nada, y por eso me temo que las influencias del Otoño se antojan lo que le viene en gana. Y para gustos….colores.

La tarde sigue cayendo, la noche empieza a entrometerse y la calle se llena de hombres con chaqueta o gabardina, y de mujeres con pellizas, tabardos, capas y las más rebeldes…con abrigos de flores. Mirar bien cuando os la crucéis; la mujer que va del brazo del caballero con clavel, no es otra que la primavera.

(Puedes ver más fotografías en la web)

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Abrigo clavel

Brazalete

Brazaletes de estrellas

Dibujar estrellas en el cielo con el dedo, cualquiera puede hacerlo. Basta procurase un lienzo libre en un lugar apartado. Si es posible lejos del mundanal ruido, escondido de miradas indiscretas y sin cobertura. Los pasos a seguir son sencillos:

  1. Elegir un lugar del cielo sin estrellas.
  2. Impregnar bien nuestro dedo, en un imaginario bote de pintura acrílica. El color el que más nos guste, o mejor el que más nos apetezca.
  3. Se recomienda llevar modelo. A ser posible que pose para nosotras. Una fotografía puede valer, pero el modelo tiene matices que no se pueden ver en las fotos.
  4. Empezar a pintar, con ritmos pausados, es decir cómo nos dé la gana. Lo que sentimos, el lugar donde brota lo que nos hace feliz, dibujarlo todo en el cielo.
  5. Mientras ejecutemos este sano arte, veremos cómo empieza a surgir una estrella. Su nombre, será el que dispongas. Tú la has dibujado.

Y para terminar fotografíala con tus ojos, retrata en tu memoria ese momento, la estrella pasajera, fugaz si cabe y la mirada sonriente de tu modelo. El resto de la noche ya sabes, perderse en cinturones de estrellas o sentir como vibras con las constelaciones.

 

Quizás el brillo del  brazalete de circonio, que te mostramos en el Rincón de Mamá, guarde una relación con esa noche. Al menos sabemos que su brillo, equiparable al microsegundo que un destello de tú estrella dibujada.

Brazalete y estrellas, combinación que crea buenos momentos. Disponible ya sabes, en el horizonte de la realidad y tus sueños.

Haciendo posible la realidad a través de la belleza. Dibujando siempre… los luceros al alba.

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