Missoni Detalle

Missoni de un calmado Éfeso

Si hay un estilo de ropa atemporal sin duda podemos hablar de Missoni una firma de moda que nació del clásico punto hasta elaborar vanguardistas y avanzados diseños de ropa. El paso del tiempo les hizo diferenciarse de otras marcas por la maestría y la elegancia del uso del punto y el zig zag, convirtiéndose su apuesta con el devenir de los años en un clásico que ha llegado a nuestros días, siempre con aires actualizados.

Sus fundadores han considerados por la industria de la moda como verdaderos artesanos en la elaboración de prendas y vestidos. Fruto de ello muchos de los cuales se han expuesto en el Metropolitan Museum de New York. Obviamente no podemos negar que Missoni, Armani, Yves Saint Laurent hay solo uno, pero pocas personas pueden permitirse una primera firma. No obstante podemos afirmar que muchos proveedores nacionales y extranjeros trabajan para primeras marcas a cambio de estampar su sello o su marca en su producto.

Desconocemos sin Missoni entra en esas prácticas, pero rompiendo una lanza a favor del pequeño artesano, quizás es esa una de las pocas salidas que quedan en la moda, hacer que tu pequeña y gran creación lleve el nombre de otro.

Y dicho esto os mostramos un vestido de la nueva colección de primavera del Rincón de Mamá. Un Missoni sin “firma”, un elaborado trabajo de uno de esos artesanos que lucha por tener su marca, su hueco en el mundo. Quizás emulando a Ottavio y Rosita (fundadores de Missoni), lanza su diseño apostando por lo clásico, por lo único, por la esencia emprendedora que impulsa a las personas a ser mejores para alcanzar su sueños.

Clientas Vestido Missoni

Este vestido no es para nada una copia de Missoni, ya que no hay publicado uno igual en sus catálogos. Este vestido es una inspiración, una imitación con toques personales y espíritu propio. La propia casa Missoni podría etiquetarlo como suyo, colocarle una etiqueta y desplegarlo en una de las miles de boutiques repartidas por el mundo. Pero Missoni no pondrá su firma en está libre interpretación de un estilo, en esta composición también artesana de alguien que se inspiró en el punto, en el zig zag y en el buen gusto. Porqué el zig zag de la prenda no es exclusividad de una compañía si no más bien de la naturaleza. Como ese zigzag en forma de firma que deja el agua en la orilla, o los rayos cuando atraviesan las nueves, o quizás las vetas en las gemas, o los tallos de algunas plantas.

Reinventar el zig zag es un atrevimiento, pero llenar bocetos de diseños sin descanso, buscando ese dibujo que una corazonada palpitada, nos dirá que vamos por el buen camino.

Missoni Detalle

Por acuerdos comerciales no podemos revelar quién es su diseñadora (baste que se nos escape que es mujer), pero horas, años de moda y cientos de miles de carretes de hilos después arrojan como resultado este vestido.

Missoni-Vestido-Detalle

 

Vestido que no quiso ser Missoni
hilado en la mesura
que atestigua la sabia aguja
de una rueca llena de vida.
Sabio zig zag de una abeja
perdida en las primaveras
de los talleres de Mayo
y las sabias cigüeñas.
No hay puntadas en tu piel
si no abrazos de fino hilo
donde la vida va y viene
como el diseño que te asiste.
De padres y abuelos Missoni
de mil parientes y allegados
contienes tu propia voz
y por ello…nadie te tiene.
Sabia mujer la que te lleve
la que su cuerpo te de vida,
y tu solo mira
sus magníficos y deliciosos días.
                                   Ophiel
Missoni_Visual_vestido

Esperamos que os guste, que al menos lo podáis ver un rato en la tienda, el sueño de una mujer, el sueño lejano de Missoni, el delirio de un mar Egeo colorido y calmado a los pies de Éfeso.

Tendrá su dueña, sus momentos, su vida y que el tiempo nos acompañe a todos en bellos vaivenes de suave brisa.

@by Mauro Bernard

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Vestido de frutas

Vestido de frutas

Nunca quise pretender que ninguna persona se volviera loca por mí. Confieso que a veces me gusta leer las miradas, interpretar gestos y si me gustan dejar una sonrisa. Pero repito, nunca quise nada más allá del inocente juego que nace de la seducción. Siempre visto bien, me gusta mucho seleccionar lo que me pongo. Si unos pendientes no me hacen el juego a lo que pienso o siento, se quedan en su cajón o en la vitrina de la tienda. Lo mismo con un bolso o unos zapatos. Pero los vestidos son ya otra cosa.

La primera vez que lo veo en una tienda, un buen vestido tiene que presentarse ante mí como a mí me gusta. Me tiene que decir al oído entre susurros, que está hecho para mí por un modista que tal vez soñara conmigo en una noche de inspiración. No soy egocéntrica, ni narcisista, pero tampoco peco de modesta. La belleza del corte de una tela y la maestría de su unión pieza con pieza, para formar un vestido que a una la sienta como si te hubieran medido en un taller de alta costura, tiene su alabanza.

Y al ponerse ese vestido, el elegido entre todos, el que ha destacado de entre todos los demás, una sale a la calle con el estima muy alto y el rímel de ojos a la altura. Y pasar ante el joven vendedor de frutas que siempre se equivoca a mi favor al pesarme lo que le compro, me desata una nueva sonrisa que seguramente derive en unas cuantas fresas de más, o la más hermosas de todas las manzanas.

Ser feliz, vestirse como una quiere, siempre sorprender es agradable. Y no lo digo por lo que podamos obtener material, si no por las reacciones, el buen trato y ver personas felices mirándome.

Mañana seguiré comprando fruta, quizás lleve mi nuevo collar de flores doradas, seguro que sale el sol….aunque la verdad…. Ya no sé a quién regalar tanta fruta.

Vestido de frutas