Mujeres y memoria

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Las mujeres tenemos memoria para los buenos momentos, pero también para los malos. Por malos me refiero a fijarte en ofensas de otras mujeres hacia nuestra persona. Desde el comentario de una amiga por nuestra ropa, a los consejos que no nos convencían de nuestra madre. Quizás uno los pensamientos más agradables, es ver esa envidia en la mujer que contempla nuestro bolso, vestido y zapatos.  Es curioso, a cualquiera le gusta sentirse envidiada. Quizás nuestra formación, que en algún modo la religiosa nos pueda aconsejar acerca de la envidia, o la formativa que nos ofrece conocimientos para no caer en esa sensación.

Lo cierto es que nos hace feliz, no nos vamos a engañar, quizás nos hagan falta unos cuantos siglos para dominar a la envidia sana (¿Es sana la envidia? Seguro que lo es si nos hace feliz).

¿Pero qué es lo que más feliz te hace? ¿Tú hijos, marido, familiares, amigas, vacaciones, viajes, comprar ropa, leer un libro, mirar al cielo? Cada una tenemos esa respuesta, y como tal la atesoramos en nuestra memoria, para desempolvarla en momentos neutros o aciagos. Recordar una situación es revivirla, estar allí de nuevo deteniendo el momento y haciéndonos sonreír. Aunque quizás al volver al mundo real, se nos cree añoranza o tristeza. Pero cuando lo volvamos a recordar, nos volverá arrancar la misma sonrisa de nuevo.

El otro día en un evento en el hotel Palace al borde del cansancio extremo, pero sin parar de sonreír y enseñar nuestros productos a nuevas clientas, se produjo un momento divertido. Descubrimos de forma “casual” como incrementar el flujo de público a nuestro stand. Es un método sencillo que no se aprende en universidades ni escuelas. Ni siquiera los coach de moda o grandes formadores lo saben. Pero una vez aprendido, puedes ver y darte cuenta como ciertas personas lo han realizado desde tiempos inmemoriales (desde que el comercio existe) y nos pasa inadvertido.

Únicamente debéis saber que fue muy divertido, que nuestra memoria atesoró esa situación, surgida como un oasis en el desierto del agotamiento. El método os lo podemos contar en nuestra tienda, no queremos que quede escrito ya que solo puede ser aprendido estando plantándole cara a la vida. Al igual que no vienen en un  manual como vestirse adecuadamente para llevar nuestro propio estilo.

Así que seguir atesorando buenos momentos, no sentiros culpables por arrancar miradas y por supuesto, observar vuestra mirada en ese momento en un espejo para retratarla en vuestra retina. Eres felicidad, solo tienes que recordarlo más a menudo.

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